Por Flor de Paz
Darwin no lo imaginó. Nos imponemos a la selección natural, apostamos por la sobrevivencia de los menos favorecidos. Manipulamos genes y proteínas. La intervención humana sobre leyes de la naturaleza marca hitos en un camino en el que, cada vez más, la tecnología, socializada, reemplaza al azar. El famoso mecanismo evolutivo descubierto por el científico inglés es modificado bajo el efecto de artificios que cambian el “destino” de los “elegidos” para perecer.
Las vacunas son uno de estos. Grandes epidemias han sido controladas con su aplicación, incluso mucho antes del nacimiento de la ingeniería genética y la biotecnología. Pero los microorganismos también siguen evolucionando y se adaptan a las nuevas condiciones. La sobrevivencia es un desafío consustancial a la vida. De esa cruzada tira la pugna entre ambos universos, el de las moléculas y las células y el de los organismos. Así, virus como el dengue…
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